Sin consuelo, Boca afuera de la Libertadores

El Xeneize se quedó afuera de la Copa en octavos tras perder por penales (6-5) ante el Corinthians. Rossi tapó dos, pero fallaron Villa, Benedetto (erró dos) y Ramírez.

Deportes 06/07/2022 Redacción
Boca eliminado Benedetto Penal
Fotografía Gentileza

La pelota duerme en las manos de un hincha en la segunda bandeja. Y no vuelve. Es la única imagen que le faltaba a la crónica de la despedida de Boca de la Libertadores.

Por segunda vez en la noche, Darío Benedetto se encontraba parado a 12 pasos de Cássio. En la primera oportunidad y durante en el primer tiempo, el día que al Xeneize le otorgaban un penal legítimo por VAR, el Pipa reventó el poste. Clank. Esta vez, el 9 se paró para sellar el boleto a cuartos de final. El quinto remate de y una definición de 16 disparos (ocho por equipo) para ponerle fin a una paridad absoluta de 180 minutos. Pero ahora ni al arco le acertó el goleador en una fría noche en la que el local tuvo todo para ganar y pasar de fase. Pero la alegría es brasileña y, como en la fina hace diez años, Corinthians vuelve a imponerse: 6-5 en los penales. Chau Libertadores, hasta el año que viene.

 ¿Por qué no fue de Boca? Difícil entenderlo luego de unos 45 minutos iniciales en los que lo de Battaglia hicieron bien los deberes: orden, concentración, equipo compacto, presión alta (y recuperación rápida) y desborde por las bandas, más insistente con Villa -y la sociedad con Fabra- que con Zeballos. Sin embargo, en la primera que pudo desbordar, el Changuito le cedió el gol a Benedetto. Cássio, tantas veces figura (como en la ida) ya se había resignado. Pero el Pipa quiso tirar una tijera y no acertó ni al arco. Casi como en el penal (codazo de Raul a Pol Fernández, que advirtió la videotecnología), en la que el 9 reventó el palo, cuando el arquero del Timao se había jugado completamente hacia el otro lado.

No volvió a haber en el partido ninguna situación tan clara como esas dos. Porque en el segundo tiempo se mantuvo la postura defensiva de los brasileños. De regalar terreno, de fallar pases, de no patearle ni una sola vez a Rossi. Ni una. Pero Boca se fue quedando sin ideas. “Movete, Xeneize, movete...”. La Bombonera ebullía. Pero en la cancha las piernas, el cansancio y la situación empezaba a pesar. Vitor Pereira movió más rápido el banco y refrescó medio equipo. “Nosotros alentamos, pongan huevos, que ganamos”, se unían 50.000 almas. Battaglia apenas dispuso el ingreso de Ramírez por Zeballos. ¿Acaso había en el banco una solución diferente? Tarea para los Riquelme y compañía. Pero a esa altura los centros de Romero, Villa, sean en movimiento o en pelota quieta, carecían de precisión. Y fue 0-0. Y otra vez los penales. A rezarle a San Rossi, que hace milagros pero si los otros fallan: atajó dos y le dejó la reivindicación servida a Benedetto. Pipa falló, dos remates después se lo atajaron a Ramírez y Gil se llevó la gloria para Brasil.

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