La vida en el circo: una pasión que va de pueblo en pueblo

El ambiente se perfuma con el aroma de pochoclos frescos y el caramelo de los copos de azúcar. Mientras en la taquilla se ven los primeros movimientos, detrás de bambalinas ya se encuentran los artistas ultimando detalles para un nuevo show. Esa es su vida, día a día son los encargados de mantener vivo el legado y el encanto en grandes y chicos de la magia del circo.
Heredero de un histórica familia circense siendo quinta generación, Yamil Dresner con sus veinte y tantos años es uno de los encargados de Circo Atlas, espectáculo que viaja por el país llevando la magia el circo y que lleva adelante junto a su familia. "Somos un circo familiar, con una larga tradición. Mis abuelos comenzaron con el y hoy seguimos nosotros adelante con el circo" señaló el joven artista.

Detrás de esos largos años de vida del Circo Atlas hay historias intensas, maravillosas, inimaginables, como Melisa, una bella acrobata que reside en Cordoba Capital y que debe viajar todas las semanas a ver a su hija, o la historia de Yamil y su hermano, el payaso "Taruguito" quienes a su corta edad pasaron por cientos de escuelas entre nivel inicial, primaria y secundaria y desde muy pequeños ya practicaban rutinas de la mano de su abuela.

La pandemia afectó a toda la humanidad en general, pero para quienes viven en el circo cuando anunciaron el confinamiento, debieron dejar a un costado los viajes y la carpa. Todos expresan lo mismo, fue lo peor que les pudo haber pasado. Yamil resalta que había momentos en los que no sabía qué hacer, mientras que su padre hacía trabajos metalúrgicos a pedido para poder ayudar a su familia por la falta de actividad. Para ellos lo mejor de vivir en un circo ambulante es el poder viajar, conocer otras personas, ciudades, culturas.

El circo no solo es trabajo. Este es familia, es hogar, es todo lo que quieren hacer, hasta que el cuerpo no de más, como manifiestan una y otra vez al pensar en el futuro, para luego continuar ya no sobre el escenario, pero sin alejarse de la magia y el encanto que brinda vivir en un circo viajero.

Una buena y entretenida propuesta para las vacaciones de verano es el Circo Atlas, ubicado en la Azcuenaga y Bufano de la Ciudad de Luján de Cuyo, que desplegó la semana pasada sus instalaciones y prometió quedarse lo suficiente para que las familias pasen a disfrutar algunas de sus funciones, los días viernes a las 21.30, sábados y domingos con dos funciones de las 19:30 y a las 21.30 y los días lunes a las 21.30.
