En fotos: Fito Paez pasó por Luján de Cuyo con un poderoso y emotivo recital.

En el marco de una de su gira "El amor después del amor 30 años" ante un Multiespacio Cultural Luján de Cuyo colmado, Fito Páez festejó en Mendoza un nuevo aniversario del disco más vendido de la historia discográfica argentina y que marcó a generaciones.
A las 21:30 en punto, los primeros acordes resonaron por el aire, dando inicio a una noche que podría describirse en dos palabras: emotiva y poderosa. La escenografía era minimalista, con excepción de las pantallas que jugaban con los colores, y la luz se concentraba en Fito, quien estaba sentado al piano. La banda comenzó a tocar "El amor después del amor", seguida del repertorio completo del álbum que protagonizaba la noche. Fito también agregó varias canciones más, lo que resultó en un set list de 24 temas en total.

El concierto logró un equilibrio perfecto al intercalar momentos de alta energía con otros más íntimos y minimalistas, donde solo el piano y la voz de Fito fueron los protagonistas. Entre las canciones interpretadas se destacaron la épica "Tumbas de la gloria", la melodía redonda y rockera de "La rueda mágica", la suave y romántica "Brillante sobre el mic" y la festiva y poderosa "A rodar mi vida", que marcó el final de la primera parte del espectáculo.
Después de un breve intermedio, Páez regresó al escenario, en donde la energía se mantuvo en su punto máximo. Lo acompañaban Diego Olivero en el bajo, Gastón Baremberg en la batería, Juan Absatz en los teclados y coros, Juani Agüero y Vandera en las guitarras, y Mariela "Emme" Vitale en los coros. En los vientos estaban Alejo von der Pahlen en el saxo alto y barítono, Manu Calvo en el trombón y Ervin Stutz en la trompeta y el flugelhorn.

La noche continuó en medio de una lluvia muy fina y por momentos intensa, con "El diablo en tu corazón", "Al lado del camino", "11 y 6" y "Lo mejor de nuestra vida", en otra serie de canciones que alcanzaron su punto máximo con la trilogía de "Yo vengo a ofrecer mi corazón", "Circo beat" y "Ciudad de pobres corazones". Estos verdaderos himnos fueron cantados con una alegría desenfrenada por el público y mostraron a Páez entregado como pocas veces a esa gran corriente emotiva.
Fito, quien es conocido por su verborragia desde que hizo su debut en la escena de la música popular argentina a los 20 años, se mostró visiblemente emocionado y contó con la presencia de Alejo y Valentín como únicos invitados de honor en el escenario, con quienes interpretó "A rodar mi vida".

Más allá de celebrar el aniversario del álbum que marcó a generaciones, Fito Páez demostró su vigencia con una verdadera fiesta que aún continúa, con su música y poesía que han ayudado a construir parte del colectivo imaginario del rock nacional.


